Darle vida a un trasto viejo

Antes de restaurar un trasto viejo lo primero que te preguntas es: ¿no será mejor tirarlo a la basura y olvidarme? Porque la verdad, es que hay algunas veces que hay que tener tanta imaginación para ser optimista... Es el caso de la mesita que os voy a enseñar hoy, la verdad es que estaba para tirar directamente pero yo soy muy cabezota y al final... ¡estoy muy contenta con el resultado!

Éste era el estado de la mesita en cuestión y tengo que reconocer que hacía falta mucha imaginación para pensar que de ahí podía salir algo bonito.
Y aquí os dejo el paso a paso:
Primero a cada agujerito de carcoma, con una jeringuilla, se le inyecta disolvente (se usa producto especial para la carcoma pero es muy caro y el disolvente o aguarrás sirve igual). No se puede dejar ni un agujerito así que paciencia y poco a poco!!! Se masillan con un color parecido al de la madera si se va a dejar de ese color y con blanca si se piensa lacar, que es mucho más económica.
Después, y con ayuda de un suegro majo como el mío, se encolan las partes sueltas y se sujetan con sargentos dejándolos al menos 24 h para que se sequen.

La lijamos y ya la tenemos preparada para pintar. Yo elegí un color bronce acabado metalizado y un verde musgo acabado mate porque me apetecía hacerla bicolor.

Limpié los tiradores con desengrasante y estropajo y aquí en la foto se ve como sale el brillo!! La diferencia con el otro que aún no había limpiado es increíble!

 La chapa de detrás la cortó Sergio a medida y yo la forré con un papel con los tonos verdes. Queda precioso cuando abres la mesita y ves el estampado...

Y al cajón también le puse un papel verde.

La mesita estaba casi acabada. La envejecí un poco con Betún de Judea y lista. Os dejo una foto de las marcas de pintura que utilicé.

Y por fin... El resultado!!

Espero que os guste. Lo que seguro que no podréis decir es que no ha cambiado!!!